Nisha / Malasia
«En mi vida jamás imaginé que iría a la cárcel. Siempre creí que la cárcel estaba hecha para la gente que le hace daño a otros. Fui a prisión solo por mi identidad como mujer musulmana trans en Malasia. Me metieron ahí para corregir mi comportamiento, cambiar mi identidad de género y convertirme en lo que para ellos es un hombre de verdad. La cárcel fue como un infierno para mi. Me quitaron mis derechos como humano. Abusaron de mi de muchas maneras, hasta el punto en el que quise suicidarme. Un día en la cárcel se sentía como un año, pero sin importar cuánto esfuerzo hicieran, yo seguía siendo quien soy. Dejé la cárcel como un sobreviviente sin mi corona de gloria, que es mi cabello. Me fui como mujer trans».