«EXPERIENCIA PERSONAL»

DBS - HUMAN RIGHTS ACTIVIST /

«Como persona Lesbiana, Gay, Bisexual y Transgénero (LGBT) me he enfrentado a persecución de mi propia familia, amigos, en el trabajo, escuela, y en la comunidad. De hecho, el crecer en un país con una población mayormente en contra a las personas LGBT, representa un gran número de desafíos; la vida no ha sido fácil. Hay ocasiones cuando reflexiono sobre mi vida como activista y como Diane y todo es demasiado complejo; hay ocasiones en las que siento que el maltrato y acoso hacia las personas LGBT en Uganda nunca terminará, pero entonces reúno el valor para seguir adelante.

Sin contar los espacios LGBT en Uganda (que también son limitados) no he tenido una buena oportunidad en la vida para expresar libremente mis sentimientos o pensamientos.

Incluso en mi propia familia, especialmente mi madre quien no aceptó el hecho de que soy lesbiana. Cuando se dio cuenta que yo era lesbiana siempre discutíamos, traté de demostrarle que seguía siendo su misma hija pero ella trató de probar que estoy equivocada y que ya no podía ser más su hija. Ella quería que me casara o embarazara. Nadie desearía que su propia madre los sometiera a una violación correctiva. Yo no desearía que mi hija (lesbiana o no) tuviera que experimentar todo el trauma que he pasado en mi vida. El tener que esperar en vano el amor de mi familia y a mi propia madre sometiéndome a “violación correctiva”.

Hoy mi madre al menos me dirige la palabra tras darse cuenta que sigo siendo lesbiana y que no cederé ante sus maneras de presionarme. Hemos recorrido un largo camino desde que ella consultaba a los pastores pidiéndoles que rezaran para liberarme del demonio. Llegó el punto en el que mi madre me entregó a la policía, para que me encerraran como castigo por ser lesbiana. Los insultos y el dolor fueron guiando mi activismo. Considero que ninguna persona LGBT merece este trato y especialmente si se debe a su orientación sexual. Para mis familiares, aún estoy en el closet, aunque sospechan y cuestionan e incluso intentan que nos arresten a mi pareja y a mí, argumentando que consumimos drogas.

También mi experiencia escolar fue muy dura. Cuando me inscribí a la primera escuela secundaria en el distrito de Jinja Kamuli, en Uganda, algunos estudiantes me observaban debido a mi entusiasmo hacia los deportes, sobre todo aquellos que eran mayormente para hombres. La mayoría del tiempo me aislaba y no tenía amigos. A raíz de esto, los rumores de que yo era lesbiana empezaron a circular por la escuela y durante el último año me expulsaron de la escuela sin explicación alguna, solo una recomendación oral diciéndome que no me aceptarían en la escuela debido a mis tendencias lésbicas.

La vida se volvió muy difícil para mí, especialmente cuando mis padres y miembros de mi familia trataron de inscribirme a otra escuela. Finalmente mi madre aseguró que me inscribieran en una escuela diurna, debido a que necesitaba estar cerca de casa para que pudieran monitorearme y motivarme para reformarme de mi lesbianismo.

Cuando terminé mi nivel avanzado, me las arreglé para conseguir un trabajo en una compañía de turismo. La vida laboral fue difícil, mi supervisor masculino me hacía insinuaciones sexuales y cuando me negué los colegas iniciaron rumores de que yo era lesbiana. Como si no fuera suficiente, durante ese periodo un artículo en el tabloide “Red Pepper” me etiquetaba como lesbiana y daba detalles de la compañía en la que yo estaba trabajando. Una semana después recibí una carta de despido de la compañía. Los jefes dijeron que era parte de un proceso de reestructuración de la empresa. Tras 5 años de trabajar para esa compañía simplemente me echaron. Fue en este punto en el que me molesté tanto, al darme cuenta que la vida se iría poniendo más difícil al vivir en un ambiente homofóbico y sobre todo, después de haber sido expuesta en los medios. No tuve opción más que enfrentar la realidad y luchar contra la discriminación de las personas LGBT.

Para aquellos que están sufriendo en silencio en diferentes partes del mundo, les digo: A LUTA CONTINUA (la lucha sigue) por el activismo.»

La historia de DBS fue publicada originalmente en Kuchu Times – Bombastic Magazine

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